El Charrán Ártico (o Sterna Paradisea) es célebre por realizar la mayor migración estacional conocida del reino animal. Cada año, su ansia viajera lo lleva de un extremo a otro del planeta, del Polo Norte al Polo Sur, persiguiendo incansablemente el verano. Pero este curioso modo de vida; su larga ruta sobrevolando la nada salada y su asentamiento en dos de los lugares más extremos de la Tierra, hacen de él un ave difícil de estudiar.
Gracias a la tecnología, en el año 2007, un equipo científico internacional se propuso describir en detalle el largo viaje del pequeño charrán [1]. Y para ello utilizaron novedosos geolocalizadores, miniaturas sensibles a la luz de apenas 1,4 gramos, lo bastante ligeras para poder ser portadas por aves que pesan poco más de 100. Estos rastreadores son capaces de recopilar información sobre los cambios de luminosidad a lo largo del día durante años (la hora en que amanece y anochece), permitiendo así inferir, a los investigadores, el camino seguido por las aves. Continuar en Amazings.es…